En esta ocasión mi estimado Jorge Loria, Director
general de Phantom Divers, me hizo el favor de
compartir un relato sobre un cliente que realizo un buceo con los tiburones
toro en playa del Carmen.
Es muy interesante conocer la descripción de primera
mano, de una persona que tuvo una gran experiencia con 7 tiburones al mismo
tiempo.
El Diario de un
Buzo
Les quiero
comentar que ayer le llame al “Chino” instructor de buceo de Phantom Divers y le propuse que fuéramos
a bucear, el “Chino” me dijo
que ya empezaban a llegar los tiburones toro y que ya habían ido 2 veces y que
habían visto 4 pero que todavía no se acercaban a comer así que los veían de
lejecitos.
El caso es que se
armó el plan y me fui a Playa del Carmen a encontrarme con el “Chino”, ahí
estaba también un grupo de 3 chavos catalanes y un argentino. Apenas llegue, felices y contentos nos montamos en la lancha,
el mar un estaba un poco movido pero aceptable.
El descenso fue como siempre, entrar al agua y
descender inmediatamente, todos buceaban muy bien, además de “Chino” nos acompañaba Charly con su cámara,( el
también es guía de Phantom Divers), había un poco de corriente, todos llegamos
al fondo y nos pusimos en nuestras respectivas posiciones. Como al minuto de
estar allá abajo apareció el primer
tiburón. Espectacularmente hermoso,
corpulento y poderoso, rondando con esos movimientos
nerviosos que los hacen ver agiles y dueños del mar.
Cuando menos
pensamos ya habían aparecido 3 que aparecían y desaprecian y que cada vez se
acercaban mas al Chino quien con la carnada en la mano removía la cubeta de
donde se salía la sangre de pescado que excitaba mas a los tiburones y hacían
mas rápido sus rondines de vaivén frente a nosotros.
Apareció un
tiburón mas, ya eran cuatro, Chino les soltó unos pedazos grandes de pellejo de
pescado que los tiburones empezaron a comer. Como a los 7 minutos el mas grande
de ellos se dirigió decidido y de frente al Chino abriendo su enorme boca con
un movimiento amable y educado tomando de la mano del Chino la primera carnada,
para deglutirla inmediatamente, la emoción creció y se escuchaban murmullos de
"Urra" en el fondo del mar azul profundo, eran los españoles que no
dejaban de apuntar sus cámaras ante tal espectáculo.
Mientras
disfrutábamos el espectáculo, la
corriente tenía rachas que arreciaban, por momentos que nos abrigaban a
afianzarnos con fuerza de la cuerda de laque y nos obligaba a ponernos s pecho
tierra.
En la distancia
se dibujo la silueta de un tiburón más que se unió al grupo, para ser 5 los
tiburones que veíamos nadando en forma elíptica rondaban frente a nosotros y a
nuestras espalda. Los animales adquirieron cada vez mas confianza y así comían
de la mano del Chino con mas frecuencia, con movimientos mas seguros y agiles
como cuando un grupo de enormes perros bravos se acercaran a comer excitados
pero sin intención de dañar a su amo.
De pronto el
numero paso siete tiburones, hubo momentos en que el Chino tapo la cubeta
porque se amontonaban varios sobre el mismo tiempo, al grado de tener que
quitárselos de encima empujándoles con sus dos manos. Empujándolos por trompa de estos voraces pero amigables
animales que pareciera que ya lo conocían.
A algunos de
ellos les acariciaba la cabeza y los tiburones se removían bruscamente
escapando del área de comida, la experiencia continuo por espacio de 25 minutos
aprox. hasta que se acabo la carnada y fue entonces cuando estos hermosos
monstruos comenzaban a buscar por doquier la comida que les suspendieron,
acercándose a nosotros diciéndonos
¿ ustedes no escondieron la comida?
Charly no dejaba
de tomar fotos y a la señal de "subamos todos" comenzamos
nuestro ascenso entre apretones de manos, abrazos y un jubilo indescriptible
que nos invadía a todos los buzos afortunados a quienes nos toco inaugurar la
temporada.
Los siguientes 5
meses se citarían muchas veces mas en el mismo lugar Charly, Chino y sus
tiburones y cientos de personas que vendrían desde remotos países del mundo a
presenciar lo inimaginable: a los temibles tiburones toros (quienes
registran el mayor numero de victimas humanas por mordedura), alimentados de su
amo cual si fuera un dócil animal domestico.
Durante nuestra
parada de seguridad nos abrazamos todos alrededor del Chino que no dejaba de
sonreír, ante la cámara de Charly quien tomaría varias fotos para eternizar ese
maravilloso y excitante recuerdo. Al salir todos en superficie, el capitán nos
recogió en un ambiente de felicidad, agradecimiento y comunión con esta
maravillosa naturaleza que nos da a manos llenas de su abundancia de vida, con
el espíritu lleno de paz y alegría.
Chino y Charly
comentaban con gusto que entre los tiburones vistos habían detectado a Lucy,
una tiburón que ha regresado a este encuentro durante los últimos 5 años y a
quien reconocen por sus movimientos femeninos y alegres, bah!!! que
comentario!!! tan maravilloso de dos personas que habían descubierto el regreso
de una amiga que quieren y que a los ojos del mundo se trata de una feroz
amenaza para la humanidad, a la que hay que matar y de ser posible
exterminar a toda su especie. Como de hecho esta sucediendo, ignorando su
maravillosa relación de amistad con el ser humano.
Quiero
darle las gracias a Phantom Divers por la
labor de investigación y protección que están realizando, es hora de que estemos mas consientes de como
cuidar la naturaleza. La verdad es que viví una experiencia única que
cambió mi manera de pensar, creo todo el que tenga la oportunidad debería de
hacerlo.
Jorge Vergara
Agradecemos a
Jore Loria, Jore Vergara y a Phantom divers por este relato tan emocionante.
Para mas informes
sobre el buceo con los tiburones Toro
info@phantomdivers.com
52 (984) 879 3988
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